"Ella era de esas a las que les quemaba el frío"

14 julio, 2009

24 de Abril de 2009
Cookie se levantó. Cada recuerdo pasaba por su cabeza, en imagenes, en color Sepia. No podía pensar, solo soñar. Estaba tan amodorrada que no sabia si se había pasado toda la noche de fiesta, o si se había puesto hasta el culo de todo. Tampoco sabia si esos recuerdos, realmente eran sueños. Por que él era tan perfecto...Siguió su rutina diaria, desayunar, sacar al perro...Una vez salio a la calle, el sol le dio como una bofetada en la cara. Fue un exceso de luz angelical. De luz cegadora. Hizo un acto reflejo, y se llevo las manos a la cara, espero a acostumbrarse, y después, recordó como se caminaba. Izquierda, derecha, izquierda, derecha.Dio unos veintiséis pasos, hasta llegar al mismo sitio donde se lo encontró por última vez. Todo estaba igual, claro, ¿como iba a cambiar de un día a otro?, es cierto que cuando ella le clavo la mirada por primera vez, todo dio un vuelto, incluso su pequeño corazoncito,, pero ese fue una historia distinta, a ese, en esos instantes, creo que nadie le hizo caso, por que si le hubiese echo caso, tendría que haber llamado a un medico. Levanto la cabeza. Y esta vez no fue como la bofetada que le habia pegado el sol, no, que va. Esta vez fue todo distinto. Extraño. Esta vez, noto como cada pelo del bello de su cuerpo, se levantaba, como toda su piel se ponía al estilo gallina, muy de moda en ella. Pero aun fue peor, cuando le empezaron a arder las mejillas, concediendo un color rojo cereza a sus mofletitos. Sí, le había visto, a él. Al chico misterioso. No estaba a mucho más que unos once pasos. Y él sonreía. Con una sonrisa, tan cálida, especial, acogedora... exactamente no habían adjetivos para explicar como era aquella sonrisa tan... ¿carismática?, no es verdad, no habían adjetivos.
Lo que sintió él, fue algo no tan especial como lo que sintió Cookie, pero si fue especial.Él había estado esperanto doce minutos a que ella apareciera por la misma esquina. Él había contado cada latido de su corazón desde que ella se fue el día anterior por aquella esquina. Él la había perseguido para saber dónde vivía, él había escalado por el sauce llorón mientras ella dormía. Y no pensaba contarle nada a ella, quizás por miedo a que ella lo tomase por un psicópata, o quizás por miedo a perder esos momentos, en los que no sabia donde estaba, quizá, a tres metros sobre el cielo... ¿pero que bobadas digo? a mil quinientos sesenta y nueve metros sobre el cielo. Él cuando la vio, cuando se acerco a ella... él ya había experimentado eso de estar enamorado, hacia mucho tiempo. Pero nada fue como le paso la última vez, nada. Nada de lo que sintió con ella, era algo parecido a aquello. Esto era mejor parecía rejuvenecido. Parecía como si un órgano de su cuerpo, que solo existiese para aquello, se hubiese despertado, y empezase a funcionar frenéticamente, y a la perfección.
Y esta segunda vez, fue, también, muy especial. O quizá aun más, por que él consiguió pronunciar un Hola, y ella también. Y después, ella se dio la vuelta, y echo a correr, como la última vez que la vio, hacia su casa.
¿Quieres saber más sobre Cookie y el chico misterioso?Entonces, ¿porqué no comentas? ¿por qué no te pasas? Te dije que Cookie te lo agadecería, así qué, ya estás empezando a coementar. ¡Cookie os manda recuerdos!

2 comentarios:

Diane dijo...

yo quiero saber más de Cookie, de su chico misterioso y de todo lo que ella pueda recordar.
Un beso :)

Andie dijo...

Uah, és genial el blog. Me encanta como escribes (: