"Ella era de esas a las que les quemaba el frío"

15 enero, 2010

Uhm... ese sabor agridulce tuyo... ¡me mata!

Pito, pito, gorgorito, ¿dónde vas tú, tan bonito?


¿Alguna vez habéis sentido las típicas "mariposas"?
(Yo, no)
No me digáis que sí, por que todos sabemos que es otra de nuestras paparruchas para pintarlo todo de colorines. Todos sabemos que es un escalofrío que te recorre el cuerpo, te deja los pelos de punta, y te hace un nudo en la boca del estómago, y oh sí, sobretodo, te hace enseñar esos bonitos dientes.
Pero, ¿sabes qué?
Eso no es ni la mitad de lo que siento yo cuando te veo.
Cuando sé que estás ahí.
Sonará verdaderamente extraño que esto salga de mi boca, pero cuando te veo, de verdad que si que estoy a tres metros sobre el cielo, y mucho, mucho, mucho más. Siento un cosquilleo, como si tu mirada de ojos verdes acariciase mi pálida piel, siento como si tus labios rozasen los míos, y entonces, cuando de verdad me miras, siento morir. Que alguien como tú , me sostenga la mirada a mi, es realmente... hermoso -y también vergonzoso, que me pilles robándote un poquito más de ti, para guardarlo en mi mente-. Esa sonrisa irónica, y tdo arreglado. fin de la historia, te vas, y crees que me has complacido por el resto del día.
Pero los dos sabemos que ni tú mismo te sientes complacido.

Sigo esperándote, acechándote, espiándote, buscándote en cada esquina, y no intentes despegarme de ti, ya lo intento yo misma, pero el pegamento que usaste para pegarme a ti, es demasiado fuerte, y grande e intenso
-tu mirada de ojos verdes-


Cucurrucú, espera, que, ¡ya te estoy adorando!

10 enero, 2010

Vuelo 6544



Sentada en una de esas sillas incomodas y frías del aeropuerto espera a que llamasen a los pasajeros hacia el vuelo 5887.



Miles de recuerdos pasaban por mi cabeza, como diapositivas. Tan rápido que no era capaz de poder distinguirlos. Pero sabía que él era el personaje principal en todos ellos. Y entonces unas pequeñas lágrimas comenzaron a deslizarse por mi cara, destrozando horas de maquillaje y horas de olvido. Ese dolor infernal volvía a mi pecho, a mi corazón, o a lo que quedaba de él. Y otra vez más, el mundo se apodero de mí.
-Pasajeros del vuelo 5887, última llamada.
Mi cuerpo lo hizo todo por mí, y me llevo hasta el asiento, aun mucho más incomodo, del avión. Me quede observando por la ventana del avión. Para mí todo era gris. Sabía que justo debajo estábamos sobrevolando The city, mi ciudad… Oh Nueva York. Y todo lo que para mí era tan precioso, ahora era gris y desolador. Parecía como si solo pudiera ver todo lo malo que había en el mundo. Levante mi cabeza, y solo entonces vi algo en color. Nos cruzábamos con un avión. Sé que eso iba a velocidades altísimas. Pero podía oír a mi corazón a kilómetros. Y sabía que solo una persona en el mundo lo tenía, y se hacía cargo de él. Mire fijamente a las ventanas, y pareció como si el mundo se paro, porque pude mirar la felicidad en sus ojos y reconoces su deslumbrante sonrisa.







-Sentado en el vuelo 6544, sonreía y adoraba algo entre sus manos, mi corazón.

04 enero, 2010


4 de enero de 2010

¡Ya estoy aquí! Otra vez. No he podido esperar más tiempo sin decirte que… ¡muchas gracias! Gracias por tu silencio, porque sé que lo has leído. Y sobre todo gracias por comprenderme, porque también sé que lo has hecho.
Y no me cansaría de decírtelo: graciasgraciasgraciasgracias, porque sé que en tu corazón siempre ha habido un hueco para esta egoísta y egocéntrica chica rubia.
Esta noche he viajado a dónde nunca quería haber ido. A un lugar sombrío, he sucumbido a las tinieblas. Pero no ha sido difícil. Te contaré como ha sido. Pero solo porque sé que si no te lo cuento, te morirás de curiosidad.
Todo era oscuro y frío. Las calles olían a basura, por culpa de la humedad, y yo estaba sentada en el Empire State. Conté un, dos, tres… Y caí.
Caí caí caí caí y no pare ni un solo minuto. Iba a velocidades altísimas, porque el aire me hacía mucho daño en la cara, y no sólo porque estaba helado. Y entonces… Me desperté.
Y me di cuenta de que la oscuridad me rodeaba. Que ahora todo había cambiado, y que seguía llorando por él.
Y es así como decidí luchar contra las tinieblas. Para encontrar un mundo nuevo y mejor… ¿imposible, no? No mucho más que volver a sentir sus caricias.