Aquello único e inexplicable

Aquel día, era un día soleado, en el que el sol bañaba el verde césped, y el agua del arroyo destellaba como un diamante. Ella estaba sentada en el borde de su ventana, como hacia cada día, y no observaba el agua, ni el césped, no, lo que ella observaba era otra cosa, era el camino, el que el recorrió aquel día cuando se marcho. El que ella había intentado recorrer, pero sin ningún rumbo, y al final siempre acababa por caminar caminar y caminar, y siempre volvía al mismo sitio. El que había visto como cada animalillo cruzaba, como cada vecino caminaba por el, con el fin de llegar a su destino, por que todos estaban preparados alguna vez para emprender el camino hacia la verdad, pero ella sencillamente... no lo estaba. Era algo extraño, ya que ea sus edades ya haber engendrado un descendiente, y hubiese seguido el camino. Pero ella no podía. Ella, no sabia si era por que no se atrevía, o por que no había tenido ningún descendiente. Pero a lo mejor era por eso, por que no tenia ningún descendiente. Cuando una persona, está preparada para hacerlo no le importa con quien sea, simplemente, lo hace y ya. Pero ella no podía, algo la ataba a seguir así, algo que, nadie de allí sentía, nadie podía comprender. Quizás lo que ella sintiese fuera amor. Amor por aquel estúpido pelo-rubio que le acerco un día y la beso. Es por eso por lo que no podía pasar, por que ella, aun seguía esperándole, al menos, por que el tenia su corazón, por que ella lo amaba más que a nada en este mundo, por que ella le necesitaba.