Y es que no sabemos expresar lo que sentimos, y en el momento justo.
Siempre nos creamos una máscara.
Una máscara falsa.
La que todos ven.
Guardamos nuestros sentimientos porque, o tenemos miedo a que los rechacen, o tenemos miedo a que se destruyan.
Y ahora, ¿por que lo hacemos?
¿por el bien de uno mismo?
Parecen unas preguntas sin respuesta, ¿verdad?
1 comentario:
Cuanta verdad...
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